Zapatero, un hombre que nos convenció a muchos en las primeras elecciones generales en las que se presentó, se encuentra ahora mismo en uno de los momentos de menor popularidad bajo su mandato. Su última fechoría, la anunciada subida de impuestos.
Primero.- La supresión de la deducción de 400 euros en las rentas del trabajo (nóminas de asalariados y pensión para pensionistas). A nivel práctico significa cobrar 33 euros menos al mes.
No hay que darle muchas vueltas para darse cuenta de que los 400 euros no fueron otra cosa que un regalo electoral. El problema, es que con la crisis y la subida del IVA, el bolsillo del contribuyente lo va a notar.
Segundo.- La subida de los tipos de IVA. El general pasa del 16% al 18% y el reducido del 7% al 8%. Una subida que había sido pedida por la confederación de cajas de ahorros, la CEOE y otras patronales. Sin embargo, muchos economistas y fiscalistas que conocen la realidad de la microeconomía, afirman de que la subida puede acabar provocando más recesión y paro. En el sentido de que encarecerán los precios de los productos y cómo en el bolsillo del consumidor hay menos líquido puede provocar una leve disminución de las ventas en muchas empresas. Es de destacar que la medida será vigente a partir del 1 de julio de 2010.
Tercero.- Cambios en la fiscalidad del ahorro (las llamadas rentas del capital). Subida de tipos, del 18% al 19% para importes inferiores a 6.000€ y de 6.000,01 para adelante un tipo fijo del 21%. Los liberales a ultranza siempre se quejan del exceso de gravamen de este impuesto y de que puede provocar fuga de capitales extranjeros.
Cuarto.- Subidas en impuestos especiales (tabaco, alcohol). No me parece mal. Quién quiera consumir estos productos (que son malos para la salud) que pague.
Cabe la posibilidad de que entre alguna variación final por alguna aportación de CIU, PNV u otro partido que pacte con el PSOE, pero los tiros no irán muy lejos de los aquí anunciados.
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