La desaparición en este país de la UCD, posibilitó el camino libre a Alianza Popular, para postularse en un partido que agrupara el espacio de centro-derecha de este país.
Tras pasar muchos años de travesía en el desierto, fue Aznar quien logró poner a la derecha por primera vez en la presidencia del gobierno, eso sí con lo ayuda de los nacionalistas (los vascos y catalanes). La clave fue conseguir de una vez por todas un espacio de centro (o al menos aparentarlo)
Han pasado casi 13 años de esa época y la situación actual del Partido Popular es de una crisis abierta, tanto de liderazgo como de principios ideológicos.
El actual lider del partido, Mariano Rajoy, un hombre comedido, discreto y ciertamente de un talante centrista, está en entredicho por el ala dura del partido (el sector unionista), los Mayor Oreja, Vidal Quadras, San Gil y Esperanza Aguirre le están poniento todas las trabas, trabanquetas y feos posibles, para que su idea de lo que debe ser la derecha española no se lleve a buen puerto.
Estos últimos, apoyados por la brunete mediática (Cope y el Mundo) atacan día si, día también a Rajoy, acusado de tener "maricomplejines" y de querer acercarse a los nacionalistas. Los "unionistas" cuyo discurso no deja títere con cabeza, están tensando la cuerda de tal modo que es hasta posible la ruptura del partido en dos nuevos partidos. Uno que sería conservador-social y otro liberal. Este verano se celebrará el congreso del partido y del resultado del mismo el futuro de la derecha de este país cogerá un rumbo u otro.
El pacto o el inmovilismo en un momento crucial de la historia de este pais, hacía un federalismo real y asimétrico.
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