lunes, 16 de noviembre de 2009

Millet, Prenafeta, Macia Alavedra y la tentación del baño de oro

Me sorprende y me irrita por igual, la tentación en la que caen algunas personas en buscarle tres pies al gato en la detención de Prenafeta y Maciá "comisiones" Alavedra.
Que si la detención fue desmesurada, que si verlos esposados.....Oigan bien, estos dos señores están imputados por la Audiencia Nacional por corrupción urbanística. Me da igual que sean catalanistas, independentistas, fachas o barcelonistas (cómo decía el Sr.Laporta). El procedimiento penal es clarísimo. Abiertas la diligencias y con la orden del juez en la mano, se tiene que detener a los imputados. Durante el proceso de detención es muy posible que se les ponga unas esposas (sobretodo al salir del furgón). Eso es de perogrullo. Se imaginan lo que diríamos a la policía si se les escapara un preso por no ponerle las esposas. Es una cuestión de procedimiento policial. Gustará más o menos, pero hay que hacerlo. Una detención = unas esposas.
Lo de Millet es hilo de otro pajar. Este señor, con esa cara de no romper nunca un plato, ha cometido un montón de delitos (malversación fondos públicos, desvío de capitales, delito contable, falsedad en documentación mercantil, etc...) y sigue en la calle, con esa triste americana que lleva siempre(con todo el dinero que desvió, no tiene un maldito de traje de Armani....).
Parece que el agujero llega a los 23 millones de euros. Cifra que es lo suficientemente importante para que pague el resto de sus días en cualquier prisión del país. Sin privilegios y comiendo el rancho que ofrece cada día la cantina de turno.
También habría que felicitar al Consejo de Patronos y a la dirección del Palau de la Música por no enterarse de nada. Les estaban robando delante de sus narices y nadie se dio cuenta. Fantástico.
Quizás es que Millet, Montull y la "pija" de su hija (la directora financiera) tenían el sistema tan bien montado que pasaba inadvertido por la cúpula directiva.
Por suerte, les hemos pillado y se acabó su baño de oro. Ya saben donde acabarán (si el juez lo estima con las pruebas aportadas).

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