La Vuelta Ciclista España de 1983, sigue siendo considerada la mejor vuelta de la historia. La irrupción de la televisión retransmitiendo en directo los finales de etapa, la participación de Bernard Hinault y la irrupción de jóvenes talentos españoles, propiciaron una carrera impresionante e inolvidable.
Y la ganó el mejor ciclista de la época, el francés Bernard Hinault. Pero lo hizo a costa de coger una tendinitis que le impedió participar en el Tour de aquel año. De hecho, Hinault nunca más fue el mismo.
Le costó sangre, sudor y lágrimas, ganar a los españoles. Estuvo a punto de abandonar, pero su pundonor y su egocentrismo le llevó a continuar en carrera, hasta coger el maillot amarillo y no abandonarlo
Contó además Hinault, con la inestimable ayuda de Lourant Fignon, futuro ganador de Tour de Francia y la de otras grandes ciclistas extranjeros como Henny Kuiper y Giuseppe Saronni que propiciaron la escapada definitiva con la que Hinault, logró su victoria.
Pero lo cierto, es que los nacionales Marino Lejarreta, Alberto Fernández y Julián Gorospe le pusieron las cosas muy difíciles al francés, hasta tal punto que hasta la última semana no pudo coger el liderato. Quizás Marino fue quien tuvo mayores opciones de victoria, pero varios despistes suyos le negaron la victoria.
Lo curioso del caso, es que ninguno de los aspirantes al triunfo de la Vuelta estuvieron en el Tour de presente año. Aquel Tour, se lo jugaron Lourant Fignon y los no menos míticos Angel Arroyo y Perico Delgado, que en la Vuelta a España anduvieron a mitad de gas.
Fue el principio del renacimiento de ciclismo español, ahora lleno de mitos como Indurain, Alejandro Valverde, Carlos Sastre o Alberto Contador.
Y la ganó el mejor ciclista de la época, el francés Bernard Hinault. Pero lo hizo a costa de coger una tendinitis que le impedió participar en el Tour de aquel año. De hecho, Hinault nunca más fue el mismo.
Le costó sangre, sudor y lágrimas, ganar a los españoles. Estuvo a punto de abandonar, pero su pundonor y su egocentrismo le llevó a continuar en carrera, hasta coger el maillot amarillo y no abandonarlo
Contó además Hinault, con la inestimable ayuda de Lourant Fignon, futuro ganador de Tour de Francia y la de otras grandes ciclistas extranjeros como Henny Kuiper y Giuseppe Saronni que propiciaron la escapada definitiva con la que Hinault, logró su victoria.
Pero lo cierto, es que los nacionales Marino Lejarreta, Alberto Fernández y Julián Gorospe le pusieron las cosas muy difíciles al francés, hasta tal punto que hasta la última semana no pudo coger el liderato. Quizás Marino fue quien tuvo mayores opciones de victoria, pero varios despistes suyos le negaron la victoria.
Lo curioso del caso, es que ninguno de los aspirantes al triunfo de la Vuelta estuvieron en el Tour de presente año. Aquel Tour, se lo jugaron Lourant Fignon y los no menos míticos Angel Arroyo y Perico Delgado, que en la Vuelta a España anduvieron a mitad de gas.
Fue el principio del renacimiento de ciclismo español, ahora lleno de mitos como Indurain, Alejandro Valverde, Carlos Sastre o Alberto Contador.
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